Ya es viernes. Sólo una reflexión.
Lee atentamente.
Ahí te va un caso real. Aunque me gustaría decirte que lo he visto por ahí, no. Es una oferta extraído de un libro. De una empresa norteamericana.
Un caso real para la incorporación de personal.
Lee atentamente.
<Buscamos un romántico de los negocios para unirse a nuestro equipo: reportando al CEO, el romántico de los negocios ayudará a colegas, clientes, socios y a la sociedad en general a ver la belleza del mundo de los negocios con ojos frescos. Abrazando la esperanza como estrategia, el romántico de los negocios presentará narrativas cohesivas que den sentido a las conversaciones cada vez más complejas y fragmentadas del hogar del trabajo y del mercado.
En lugar de centrarse en los activos y en el rendimiento de la inversión, el romántico de los negocios expone los tesoros ocultos de los negocios y ofrece rentabilidad a la comunidad. El romántico de los negocios desarrolla, diseña y ejecuta ‘actos de significación’ que restauran la confianza nostálgica en las empresas como la empresa humana más impactante, y proporcionan al público interno y externo experiencias de marca y lugar de trabajo ricas en significado, deleite y diversión.
Buscamos una persona emprendedora con un fuerte impulso empresarial, un gusto exquisito y un historial probado de gestión de lo inconmensurable. Las responsabilidades específicas incluirán, pero no se limitan a…>
Y podría seguir con el ejemplo.
No hace falta. Sólo echa un vistazo a las ofertas de trabajo que actualmente hay, y a esta.
¿Qué te parece si lo empezamos a vivir así?
Es decir, si queremos a gente implicada, apasionada, que disfrute trabajando… igual debemos empezar a ponerle emoción. Y además entre todos, empezando con la oferta inicial.
Y para ello nos debemos atrever a crear y a innovar. Empezando por la selección, si.
Claro, pensarás que tu empresa no funciona así. Ya. Te oigo pensar.
Pero ahí lo dejo. Para tu reflexión.
Ayer era casi viernes, hoy ya lo es.
Disfrútalo.
Bibi
PD. Hoy es viernes. Y viene un finde para disfrutarlo, y recuerda, todos los días valen por igual. Así es la vida. También en la empresa.
