La casa está en silencio. Las ventanas están empañadas. Fuera hace frío. Aunque dentro la estancia es cálida.

El silencio reina en la casa. También la calle está libre de ruido.  El olor de café sentencia cuál será el siguiente momento. 

Es pronto. No sé la hora exacta. Pero él parece no tener ninguna prisa. Es su hora. 

La tablet sustituye la imagen de un hombre leyendo el periódico. Ya poco se lleva. Al menos en la casa.

Las noticias de la radio dictan la actualidad. Aunque estas parecen quedar en un segundo plano.

El segundo café va acompañado de unas tostadas y puede incluso que de una tortilla. 

Sigue leyendo la tablet. O un libro. Puede que repase temas personales varios. Y si ya se ha enterado de la actualidad pone algo de música.

No puede haber un lugar con más calma. Es un lugar sin prisas. Un lugar de encuentro con uno mismo.

Un lugar donde el tiempo se detiene. Cada día, una hora
.

No sé si la historia en tu cabeza a transcurrido en una casa de montaña. Quizás te hayas ubicado en una casa frente al mar. O quizás hayas imaginado tu casa idílica. A saber.

Lo que sé del cierto es que te sonaba más a domingo o a un día perfecto de vacaciones. 

Y lo que sé del cierto también es que te ha llevado a sentir un momento de paz.

La misma paz que me traía a mi cuando me explicaba Mikel sus rutinas. Mikel es un buen amigo. Un buen amigo al que admiro.

Él vive en la ciudad. En el centro. Y adora las rutinas. Sí, es un poco alemán. Y ésta es una de ellas. Reservarse este espacio de calma y para él, cada día antes de ir hacia su empresa. Según él, es su religión.

Y me encanta. 

Es su oasis de tranquilidad.

Es su momento sólo para él.

Es su espacio de domingo cada día por la mañana.

Y ahora piensa que has sentido cuando has leído la historia y qué emoción has tenido.

Y si la quieres disfrutar a diario, estás de suerte. Sólo prográmate una hora antes el despertador. Sólo esto.

Sé feliz. Si quieres. 

Es viernes. 

Bibi

PD. Quizás poniéndole un poco de domingo a cada mañana dejaremos de estar ansiosos esperando a que llegue el fin de semana. No sé. Reflexiónalo.