Atento. Concéntrate.

No sé si estás en la cama leyendo este mensaje. Si ya lo haces tomándote el café. O quizás ya estés en tu puesto de trabajo.

No importa. Sea donde sea que estés, lee con atención los siguientes casos.

Situación 1.

Un compañero tuyo ha bajado el rendimiento en el trabajo.

Y tú ya andas loco pensando que es un huevón, que no sabe lo suficiente o que es un desmotivado de la vida.

Situación 2.

Llegas tarde a una reunión.

Y es que siempre hay algún imprevisto en la familia, el tráfico que se lía en la M30 o hay condiciones climáticas adversas. Por ejemplo, una tormenta de nieve apocalíptica, que aquí se da mucho. Sí.

Situación 3.

Un proyecto en el que andas involucrado no ve la luz.

El jefe es un desconfiado, tiene algunas carencias en sus habilidades de management o ha realizado algunos errores que se podrían haber evitado.

Situación 4.

Un proyecto que estás liderando tú tampoco ve la luz.

Hay una falta de recursos, los cambios inesperados siempre de estrategia por parte de la empresa o las restricciones presupuestarias han afectado una vez más a tu proyecto.

Puede que hayas vivido alguna de ellas. Podría definirte unas cuantas más. Pero son suficientes para que veas un fallo que tenemos en el sistema. 

Y cuando digo en el sistema. Me refiero a tu central de pensamientos. A esa sala de ocurrencias que tienes ubicada en la azotea. O al menos eso debería. 

¿Has detectado el fallo?

¿Sabes lo que ocurre?

Piénsalo.

Vuélvelo a leer si hace falta.

Vale, te lo cuento.

Cuando hablamos de los demás le atribuimos su comportamiento a su personalidad y manera de ser y pasamos por alto las influencias externas, el contexto.

El tipo ha llegado tarde a una reunión. Tu vocecita que te habla por lo bajini ya te está advirtiendo que es un desconsiderado, un impuntual y poco respetuoso.

Cuando hablamos de nosotros lo hacemos al revés, consideramos más el contexto o las circunstancias externas y no lo atribuimos a nuestra personalidad o a nuestras creencias.

Si eres tú el que llegas tarde. Ha sido por un extraño giro del destino ya que te has encontrado la calle llena de bolas gigantes de paja rollo far west bloqueando el tráfico, una invasión de dinosaurios o un enjambre de unicornios voladores que no te ha permitido ser puntual.

Tu no eres un desconsiderado, un impuntual y poco respetuoso. No, tú no. 

Y hacer esto se nos da muy bien.

¿Te has dado cuenta tu central de pensamientos cómo funciona?

¿Te has dado cuenta de lo bien que te defiende a ti y cómo juzga a los demás?

Madredelamorhermoso. ¡Así es imposible llevarnos bien!

Puede que las centrales de pensamientos necesiten algunos ajustes. Y es que vienen en muchos casos con defectos de fábrica. El tuyo, el mío y el de tu compañero.

Y es que como este fallo, unos cuantos más. Y muchos de ellos los vemos en el curso de comunicación. Por eso de la conexión y la cohesión de equipo. Ya sabes que haya un poco más de amor, incluso con el huevón

Ahí lo dejo.

Si quieres saber más sobre el curso de seducción. Dale. 

Curso de Comunicación y Persuasión (la mezcla perfecta entre el arte y la ciencia)

Si quieres que tu equipo lo haga por eso de tener una ventaja competitiva. Entonces llámame.

Hoy es miércoles. Y hay miércoles muy extraños.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Hoy hablaré de ello en Lo Sindicat, un edificio guapísimo del Ajuntament d’Ampostarepleto de emprendedores y empresarios. Si te animas, nos vemos allí. Se me pasó advertírtelo antes.

PD2. Vivir es compartir. Envíale este mail a quien quiera unirse a la (r)Evolución. Dile que estamos cambiando el mundo. Que nos hemos cansado de caras grises en el trabajo. Que la vida vale mucho la pena. Y que lo necesitamos.

PD3. El curso, arriba.