1983. 

Lorne Whitehead. Un friki de la física y la astronomía escribe un estudio en la American Journal of Physics acerca del efecto dominó.

A Lorne no sé si lo conoces. Pero seguro que sí al efecto dominó. Ese efecto que se produce cuando una acción provoca una cadena de acciones iguales en secuencia.

De hecho. Es muy posible que por la misma fecha que Lorne escribía este estudio tu estuvieras comprobando por tu cuenta el efecto.

Yo seguro. 1983. Por aquella época tan sólo tenía las canicas, alguna colección de cromos, una peonza, unas gomas de saltar y el dominó.

Vale. A lo que iba.

En este estudio, Lorne no tan sólo hizo mención sobre la posibilidad de derribar muchos elementos a partir de la reacción en cadena y la posibilidad de generar energía. Sino que descubrió que una ficha de dominó puede derribar a otra ficha un cincuenta por ciento mayor.

Vuélvelo a leer. Una ficha de dominó puede derribar a otra ficha un cincuenta por ciento mayor.

Y esto significa lo siguiente. 

Atento. 

Que voy a desafiar a tu imaginación.

Ponemos una ficha de dominó de cinco centímetros. Y cada una de las que la van a preceder va a ser el doble que la anterior.

Mira.

La décima ficha será casi tan alta como Pau Gasol.

La decimoctava estamos hablando de una ficha tan alta como la Torre Pisa.

La vigésimo tercera ya habremos alcanzado ni más ni menos que a la Torre Eiffel.

La trigésimo primera será un kilómetro más alta que el Everest.

Por lo que la número cincuenta y siete estará siendo la distancia que separa a la Tierra de la Luna.

¿Lo flipas como yo? A mi me parece impresionante.

Es más. Me parece impresionante que no hagamos caso a esta ley.

Porque en la empresa también se da.

Y podemos alcanzar cosas increíbles.

Basta con mover una primera ficha. Y focalizar la energía.

Y es que todo éxito es secuencial. Y al mover una ficha. Vendrán los resultados. Lo que nos llevará a conseguir cosas más grandes. Y así hasta llegar a la luna.

Y a veces no lo vemos. Y pensamos que ¿para qué actuar de una manera u otra o hacer una acción u otra, si no va a tener resultados?. 

Claro. Quizás el problema es que nosotros queremos llegar a la luna directamente. Y el éxito no funciona así. Ya lo hemos hablado al principio cuando te describía el efecto dominó. Es secuencial.

¿Quieres entrenar alguna habilidad? Empieza ahora con el acto más pequeño por insignificante que te parezca.

¿Quieres cambiar la actitud de tu departamento o tu empresa? Empieza ahora con un cambio en tu conducta.

¿Quieres que tu equipo tenga más conocimiento? Empieza ahora compartiendo con ellos un artículo sobre tendencias de tu sector.

Da igual. Lo que sea. Desde cambios en tu empresa a dejar un mundo mejor. Pero empieza hoy con algo pequeño.

Aquellas personas o equipos que ves que logran grandes metas, también han empezado por una pieza de dominó.

Y puede que esta pieza tan sólo sea una decisión.

Y quizás vaya siendo hora que nos creamos con el poder que tenemos. Sólo quizás. 

Ya casi es viernes.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Hoy no hay posdata. Te dejo haciendo tus cálculos con el Everest.