Un trabajo diez. Una casa diez. Un cuerpo diez. Una relación diez. Una educación para tus hijos diez. Una vida social diez. Una salud diez. Una alimentación diez. Un coche diez. Una reputación diez. 

Y no se que más. Lo que se te ocurra. Ah, si. Ya sé. Una vida diez.

Y te pasas el día produciendo para esta vida diez. Es como una carrera que no parece tener línea de meta. Es esta sensación de frustración o vivir anclado en el síndrome de la felicidad aplazada. Del que ya hemos hablado alguna vez.

El seré feliz cuando tenga el trabajo diez. Con unos resultados diez. Una pareja diez. Y un cuerpo diez. Bla bla bla.

Y así nos va.

Una obsesión desmesurada por el éxito.

Frustración por doquier.

Sensación de insatisfacción eterna.

En fin, una terrible exigencia para alcanzar el éxito.

Y no tan sólo esto. Sino que además estamos constantemente en conflicto porque en nuestra exigencia hacia el éxito no sabemos que priorizar.

Si inviertes en tu carrera profesional, dejas de lado estar con los niños. Si decides pasar más tiempo con ellos descuidas tu vida social. No sabes si ir hacer deporte o relajarte tranquilamente con un libro en el sofá… Y así con todo.

Para llegar a ese diez que nos exigimos.

Y esta toma de decisiones puede llegar a abrumar a uno e incluso hacerle sentir mal. No sé si te suena.

Y es que nos queremos enfrentar a decisiones incommesurables. Decisiones que nos se pueden comparar. Es como comparar la Mona Lisa con la 6ª Suite de Bach para Cello. Y no. No se puede comparar.

Porque no puedes sustituir el dinero por el amor. Ni el aprendizaje por la comida. Ni el descanso por los niños. Y por ello nos cuesta tomar decisiones y establecer prioridades. Ante una exigencia diez, claro.

Pues bien.

Hoy quiero compartir contigo una nueva perspectiva para dejar de lado esta terrible sensación.

Es algo así como la fórmula de la Coca-Cola y está extraída del del libro Just Enough cuyos autores son profesores de Harvard. Podrían haber sido de Stanford, pero no, son de Harvard.

Eso si. Partimos que la definición de éxito es personal e intransferible. Pues lo que para algunos se podría considerar éxito para otros puede ser un fracaso.

Y lo que hacen ellos es visualizar el éxito como un caleidoscopio. Si, has leído bien.

Donde cada uno de los módulos son las dimensiones para el éxito.

¿Y su propuesta? Que no intentes elegir entre las múltiples prioridades que se te presentan en la vida. Sino que cambies la perspectiva y las aceptes.

Has leído bien. Que cambies la perspectivas y las aceptes.

Volvamos al caleidoscopio. Según vas combinando se va generando una u otra imagen. Tu vida. Y las piezas se van creando en la medida que vas progresando por una dimensión u otra y según vayas eligiendo.

Así que el éxito deja de ser una obsesión para convertirse en el resultado de combinar las variables en función a tus estándares.

Y ahora atento.

Lo que proponen es dejar de querer alcanzar el diez en todo y sustituirlo por lo suficiente. Porque un diez en todo puede a llegar a ser una utopia y girarse en tu contra. 

Sugieren en lugar del diez en cara área. Tener lo suficiente en cada una.

Es como la diferencia entre saciar o satisfacer nuestro apetito. Y es que puedes decidir entre empacharte o comer lo suficiente para estar bien. 

Y procurarlo así en todas las áreas. Asegurarse lo suficiente y a partir de aquí ir cambiando sin presiones y enfocarte en la que quieras ir mejorando sin ansiedad ni culpabilidad.

Esto si. Para ello es importante conocerte y saber qué te satisface en cada una de las áreas. Sin engaños. Lo que te satisface a ti. No lo que te venden que te tiene que satisfacer.

Los autores buscan con ello tres cosas. Ni una ni dos. Tres.

Una. La sensación de progreso y motivación en cada momento.

Dos. La capacidad de cambiar el foco hacia una u otra sin sentir la continua frustración.

Tres. Evitar tener la sensación de perseguir un solo fin, que será difícil saciar y tener que dejar a otros por el camino.

Y a ello le denominan la importancia de lo suficiente.

No sé cómo te llega. A mi sólo escribirlo y pensarlo me relaja. Si eso, ya me contarás como lo ves.

Hay miércoles muy extraños. Y hay miércoles que son el mejor día de la semana. Sea como sea…

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Hoy no hay posdata. Bueno si, si te está planteando una formación para tu equipo. Llámame. ¡Seguimos con la (r)evolución!