Atento.

El otro día hablaba con alguien que me comentaba lo siguiente.

Uno no puede ser feliz e ir sonriendo siempre por la vida. Esto es de tontos. De aquellos que no se han enterado de qué va la vida.

Y me lo decía muy seriamente. Muy de verdad. Su verdad, claro.

Mi cara fue entre asombro y la curiosidad de saber qué pasa por la cabeza de alguien cuando hace una afirmación así.

Y sí. Sinceramente me preocupan estas ideas que afectan gravemente a nuestra salud. Y que la mayoría de veces no somos conscientes de ello.

Y es que una limitación autoimpuesta de este tipo te puede joder la vida, y además de verdad. Y no tan sólo esto, sino que también te desconecta de los que van felices por ahí. A lo loco.

Por un lado, es difícil que uno sea feliz cuando asume tal asunción. Ya sabes. Yo no soy tonto como dirían en la caseta roja de los electrodomésticos.

Por el otro, es difícil conectar con aquellos que vea felices. Porqué una generalización de este tipo lo que hace es desconectarte del otro. 

Menudo panorama.

Alan Alda, actor norteamericano, dijo una vez tus creencias asumidas son una ventana al mundo. Límpialas de vez en cuando o la luz no entrará.

Y con esta frase sólo quiero recordarte que la felicidad juega un papel fundamental en tu salud mental. Y la base para ello radica en tu cabecita.

Ser feliz va de ser capaz de sentir emociones positivas. Va de estar tranquilo. Va de gozar de un estado general de bienestar.

Además ser feliz te permite reducir el estrés y ansiedad. Y esto si que es una pandemia. Quizás más aceptada.

Ser feliz también te permite hacer frente a los desafíos del día a día de una manera más optimista y resiliente.

Y a su vez te permite desarrollar un sistema inmunológico más fuerte y gozar de mejor salud física.

Y podría seguir.

Bueno, de hecho voy a seguir.

No me quiero dejar un par de ellas más.

La felicidad te permite tener mejores relaciones y más satisfactorias. Y es que estar bien con estos tipejos que te rodean en el día a día hacer que mejore tu salud mental.

Y por último. Estar tranquilo. Estar en calma. Estar feliz te permite experimentar alegría, gratitud y amor. Y con ello disfrutar más de la vida. Y del trabajo.

No sé. A mi la sensación de cuando se me ensancha el corazón me mola la hostia. Una sensación física. Una sensación única.

Y es uno de mis termómetros para saber que todo esto, lo que es la vida, vale muuuuucho la pena.

Y prefiero mil veces más esta sensación de confianza y expansiva. Que no la de contraída cuando siento malestar. Llámame caprichosa.

Y es que ser feliz en la empresa no va de ir por el pasillo sonriendo y tirando caramelos a los compañeros. No.

Tampoco va de estar en un estado de euforia toelrato. No.

Ser feliz es algo mucho más serio. Es encontrar un equilibrio emocional y una satisfacción en la vida. 

Y te recuerdo que el trabajo también forma parte de la vida.

Pero eh. No te quiero convencer de nada. Tú decides. Que por algo es la tuya. La vida, digo.

Hoy ya es martes.

¡Disfrútalo! O no.

Bibi

PD. Hoy no hay posdata.