Hoy nos vamos a Seattle. Yeah.

Concretamente al mercado Pike Place Market. Con vistas a la Bahía de Elliott. Uno de los lugares más visitados de la ciudad de Seattle.

Alguna curiosidad. El mercado está ubicado en la misma calle donde nació el primer establecimiento de Starbucks.

No sé si has estado en algún mercado americano. Pero ya te lo puedes imaginar. Mil experiencias que hacen que todos los sentidos se activen. Todos.

Lista interminable de tiendas. Diversidad de paradas. Artistas callejeros. Diferentes restaurantes. Músicos exhalando blues. Flores expuestas. Y todo en el mercado bajo el lema <meet de producer> , conoce a la persona que lo hace. Pero de esto no hablaremos hoy.

Hoy te quiero hablar de una pescadería y su filosofía.

Una pescadería y su filosofía.

Una pescadería y su filosofía.

Igual has oído hablar de ella. Igual no. Pero es un puesto de mercado muy peculiar. Y es donde nació la filosofía FISH. 

Una filosofía de estas que nos va a ti y a mi. Ya sabes. Felicidad. Productividad. Energía. Disrupción. Pasión. Y diversión. Entre otros. También resultados. Y éxito.

Y se utiliza la diversión, como aliada del alto rendimiento de los trabajadores, la captación de clientes y una mayor satisfacción de los mismos.

Pues vale.

John Christensen, un cineasta observó qué ideas reinan en esta pescadería donde los largos turnos de sus pescaderos no sirven como excusa para que sus trabajadores se conecten con su trabajo y enamoren a sus clientes.

Es más. La pescadería es un espectáculo con una energía brutal. Y con unos resultados extraordinarios. También.

El cineasta cautivado por el puesto de mercado y la actitud de sus trabajadores quiso inmortalizar cuatro prácticas de esa filosofía de trabajo. Atento.

La primera.

Fomentar el juego. Poniendo al servicio del cliente la energía de sus trabajadores, su creatividad y vitalidad.

Haciendo que el trabajo sea espontáneo y divertido. La idea es dar lo mejor de uno mismo a través del juego.

La segunda.

Hacer de tu día un gran día. Haciendo que la experiencia tanto para los compañeros como para los clientes sea única e inolvidable.

Se aseguran de impactar y contribuir en la vida de los demás.

La tercera.

Estando presente. Estar ahí y no en otro lado. Estar emocionalmente presente para sus clientes para mejorar la comunicación y fortalecer relaciones.

Haciendo que cada una de las necesidades de los clientes sean cubiertas y haciéndoles sentir que son lo más. A partir del saludo, el trato, la escucha, la mirada, etecé.

La cuarta.

Eligiendo la actitud con la que afrontar el día. La actitud positiva es una elección.

Saben que de sus manos está sentirse feliz, encontrar el placer en su trabajo, elegir cómo afrontar la jornada y estar abierto a todo lo que les regale un nuevo día.

Y a mi me parece lo más. Para conseguir más compromiso. Más disfrute. Más conexión. Y más felicidad.

Aquí te lo dejo. Puedes reflexionar acerca qué puedes aplicar tu en tu puesto de trabajo. En tu equipo. Y en tu empresa.

Hoy. Ahora. No mañana.

Y si no sabes por dónde empezar o cómo adaptarlo a tu equipo, ya sabes, llámame.

Hoy es lunes y tu cuerpo lo sabe.

¡Disfrútalo! 

Bibi

PD. No. Ya sabes que no me vale lo de en Seattle funciona y en mi empresa no. Pruébalo, y si eso ya me cuentas.