Rubén era un buen tipo, de estos currantes. Técnicamente muy bueno, a nivel de actitud poco o más bien, cero corporativo.
De hecho, actitud tenía, pero se la reservaba para su tiempo personal. Al enemigo ni agua. O eso pensaba él. Viendo como su enemigo a la empresa.
Aquél día, en su hora del café, había entrado un cliente con una urgencia.
Yo estaba atendiendo al cliente como asesora posventa y Rubén era el único técnico disponible. Yo, de los temas de taller, ni idea. Rubén, toda. Un gran técnico.
Rubén tan sólo tenía que apoyarme en responder a una pregunta para poder decidir si podíamos ayudar al cliente.
Le pedí que viniera un momento. Con mi sonrisa habitual y cargada de simpatía. Además Rubén y yo éramos amigos. pero me dijo que no, que era su momento del café.
El cliente, a Rubén, le resbalaba. Y yo, cómo compañera, también.
Rubén no era consciente que con esta actitud, la empresa dejaba de ganar y por lo tanto, él también. Y que mañana incluso podría desaparecer. La empresa, digo.
Y no estamos para ir perdiendo clientes. No.
Y así, sucede, día tras día en las empresas. Trabajadores quemados y de culo con la dirección. Empresas que dejan de facturar lo que podrían por mantener en los puestos a Rubenes.
Rubenes con ganas de estar bien y empresas con ganas de seguir creciendo. Y sin saber cómo quererse un poco más, ambas partes.
Yo soy más de hacer el amor, y no la guerra. Sí, en la empresa. Por eso de seguir creciendo y disfrutar también en horario de oficina.
Historias como las de Rubén son las que me han inspirado para la (r)evolución. Ver cómo amarse más, uno mismo. Y a los demás también, compañeros y jefes.
Porque o vamos todo a una o el proyecto se puede ir a pique.
No sé si tú eres un Rubén, tienes un Rubén de compañero, o tienes un jefe cabrón (con cariño). Si es el caso, pásale mi contacto. En serio, algo podremos hacer. Entrenar el liderazgo es posible y fácil si sabes cómo.
Y si tú eres el jefe y tienes a un Rubén. Consulta los cursos que tengo para empresas y vemos cómo solventar este tema.
Bibi

El liderazgo no es acerca de ser el jefe. Se trata de tener la capacidad de inspirar y motivar a otros.
Vince Lombardi