Vale. Ya hemos interiorizado algo muy importante para vender más. Lo habrás leído en cualquier artículo, podcast o escuchado en una formación.

La gente no recuerda lo que dices ni quién eres, sino cómo los has hecho sentir.

Vuélvelo a leer. La gente no recuerda lo que dices ni quién eres, sino cómo los has hecho sentir.

Esto ya lo sabemos. Fundamental en tu negocio y también en tus relaciones. Y negocios y relaciones van de la mano, no lo olvidemos.

Tom Peters dijo alguna vez el valor añadido para casi cualquier compañía, diminuta o enorme, procede de la calidad de la experiencia proporcionada.

Y haciendo una adaptación podríamos decir que el valor añadido para un líder procede de la calidad de la experiencia proporcionada a sus colegas.

Y es que esto no va de clientes. Clientes externos me refiero. Esto va de personas, colegas profesionales, equipos. También.

Queremos sentirnos vivos. Nos gustan las experiencias. Las emociones positivas. Y que escaso de ello andamos en la empresa.

Así que voy a compartir tres estrategias que puedes utilizar por eso de hacer sentir bien a los demás en tu organización.

La primera.

Promueve encuentros positivos con tus colegas en el espacio de trabajo. Puedes hacerlo a través de eventos puntuales o cuidando espacios que pongan en marcha los cinco sentidos.

¿Cómo puedes hacer algo como mínimo un poco extraordinario en vuestro lugar de trabajo? Hazlo. Quizás con un aroma. Una música. O algo visual.

La segunda.

Busca los puntos de las experiencias claves de tus colegas en el trabajo y mejóralos. Observando a tu equipo lo verás. Es como realizar un internal costumer journey. Un mapa del cliente interno.

La entrada en el trabajo, los momentos de concentración, reuniones del equipo. Céntrate en mejorar mínimo uno de ellos y conviértelo en una experiencia única. Una experiencia friki, porqué no. El mes que viene ya te centrarás en otro.

La tercera.

Ármate de valentía y atrévete a diferenciarte. Muchas veces el qué dirán, el status quo, o el pensamiento de grupo pueden frenar a la hora de hacer cosas diferentes que emocionarían a tus colegas. Vence a tu hater mental y pa’lante.

Tienes un montón de oportunidades de innovación como arquitecto de experiencias en tu equipo. En tu organización. Juega. Atrévete. Y toma la iniciativa.

Esto va de ti. No de tu empresa.

Esto va de ti y del líder que llevas dentro. Ya sabes que no me refiero a un cargo. No.

Esto va de ti y de tu marca personal. Tú mismo.

La gente no recuerda lo que dices ni quién eres, sino cómo los has hecho sentir.

Atrévete.

¡Hoy es lunes! ¡Y puede que un maravilloso lunes!

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Te dejo el enlace de un workshop en Innovación. Piensa que lo adapto a tus necesidades. Y si quieres llevarlo a cabo con tus líderes para aplicarlo en el cliente interno. C’est possible. Llámame.

PD2. El concepto de arquitecto de experiencias está extraído del libro de Tom Kelley, director general de IDEO, Las diez caras de la innovación.