Hoy voy a ir rápido, muy rápido.

¿Cómo estás?

Siempre me ha hecho gracia esta pregunta porque creo que es de las preguntas más estúpidas y poderosas a la vez.

Más estúpidas por el uso que le hemos dado.

¿Cómo estás? ¿En serio te interesa?

Sabes cuál va a ser la respuesta predefinida por el sistema (y si no haz la prueba: pregúntale al siguiente que te encuentres en tu oficina cómo está y a ver si te responde algo que no sea un bien).

Además hay algo pactado entre ambas partes, ni nos vamos a mirar a los ojos y estaremos pensando cada uno en nuestra movida.

Y así nos va. Deshumanización a raudales.

No sé ni porque nos lo preguntamos.

Dale la vuelta. Y otórgale el poder que tiene.

¿Cómo estás? Ahora pregúntale en serio y mirándole a los ojos.

No existe mejor oportunidad para saber como está tu compañero, tu jefe o el resto del equipo. Por eso de echarle una mano si está jodido. 

Porque te recuerdo que no, que uno no puede dejar los problemas en la puerta. Esto ya no se lleva.

Y la salud de tu equipo depende de ello.

Si no ves el poder de lo que te he contado hoy y la necesidad de profundizar en ello, veámonos en el próximo curso de Liderazgo. Si estás dado de alta en el newsletter te avisaré cuando abra inscripciones. 

Bibi