Ui. Dos días en una semana escribiendo con ejemplos de fútbol. No es habitual, pero la ocasión lo merece.

No tengo tiempo. Me faltan horas. SOS, no llego.

Quizás lo hayas dicho alguna vez. Sólo quizás.

Mira.

Tú sabes muy bien cual es el rol de Messi ¿verdad? Si. Meter goles. 

Y sabes también a qué se dedica Messi en los entrenos. Si. A desarrollar su talento para meter goles.

Bien.

Ahora imagínate que un día vas al campo donde entrena Messi.

Y lo ves llegar. Lo ves llegar en su cochazo. No sé si tendrá cara de sobado por las mañanas. Pero si lo imagino bajándose del coche y soportando por encima de su hombro la típica bolsa de deporte de un futbolista.

Y antes de dirigirse al vestuario, lo ves desviarse para revisar cómo están las luces del campo. Ve un fallo y llama al de mantenimiento.

Y ahí está esperando a que se solucione el problema.

Luego, sabe que tiene que ir al vestuario. Pero entra un momento en el campo y ve que el césped puede estar mejor. Entonces coge una desbrozadora y un cortacésped y ni corto ni perezoso se pone a arreglar el césped.

Una vez tiene las luces ok y el césped en su punto. Qué se yo. Se pone a hablar con los de administración porque alguien le ha pegado un toque porque quiere compartir con Messi como va la venta de entradas del partido del sábado. Un ratico más. A lo maño.

Y así pasa la mañana.

Hasta que se pone las botas y sale al terreno de juego a entrenar. Son casi las doce y a las dos se acaba el entreno. Nada una par de horas, para dedicarse a lo que realmente se tiene que dedicar.

¿Cómo lo ves? ¿Valdría el sueldo de Messi para dedicarse a todo esto?

Pues esto mismo es lo que sucede en los puestos de trabajo. ¿Estaría justificado el no he tenido tiempo de entrenar de Messi? Seguro lo has visto claro. No.

Y esto es la correlación existente entre tu misión. -ya dejemos a Messi- y el porcentaje de tiempo que le dedicas a ello.

Y esto es lo que debe obsesionarte. Invertir tiempo en lo que realmente aporta valor en tu puesto de trabajo.

Porque si. Existe una contaminación en los puestos de trabajo. Y luego nos faltan horas, claro.

Pero, o te alineas o cortas el césped. Tú decides.

Si quieres averiguarlo, no te cortes. Cuenta los minutos que dedicas en cada una de tus tareas. Luego, observa todo aquel tiempo que inviertes en el césped. Y los que invirtes para cumplir tu misión.

Voilà. Ahora ya sabes qué es lo que puedes mejorar. 

Y si tú o en tu empresa te ves cortando césped y no os dedicáis a la jardinería, llámame. Y vemos el qué.

Ayer era casi viernes. Hoy ya lo es.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Hoy no hay posdata. Ya me he extendido más de la cuenta. Que hoy es viernes, y los viernes me gusta ser breve.