Hoy tan sólo te dejaré un texto que desconocía. Un texto inspirador. Un texto de Barb Schmidt.
Ella es una (r)evolucionaria de las que mueve el mundo. De las que deja huella. Con un currículum de admirar.
Y entre muchísimas virtudes destaco que es una apasionada del diálogo y la vida pacífica.
Fuera y dentro de las organizaciones. Touché.
Imagínate.
Estás un miércoles como hoy en la oficina. Es tu tiempo de descanso y te has ido a buscar un café.
Al darte la vuelta en la máquina un colega choca contigo, provocando que tu café se derrame.
En aquel momento alguien te pregunta que porqué se ha derramado el café.
La primera respuesta que te sale a ti es porqué alguien se ha chocado contigo. Y te ha derramado el café.
Pero quizás sea que derramaste café porque es lo que había dentro de la taza.
Porque si hubiera habido té. Hubieras derramado té.
¿Esbozas la imagen? Siempre se derrama lo que hay dentro de la taza, sea lo que sea.
Y lo mismo pasa con las personas.
Cuando la vida te sacude, y quizás no haga falta ir tan allá, cuando hay un imprevisto en tu día a día, lo que está dentro de ti es lo que sale.
En un estado de quietud es fácil disimular. Si, en un estado de tranquilidad.
Pero no en momentos de tensión, de conflicto o de reveses. Es aquí cuando sale lo que hay dentro de ti.
Y por ello, la reflexión de hoy. Cuando las cosas no van como esperas ¿qué es lo que sale? ¿Qué hay dentro de tu taza?
Puede que se derrames dicha, gratitud, comprensión, amor, paz o humildad.
O puede que derrames también rabia, miedo, amargura, rencor o reacciones hostiles.
Y esta es tu decisión. Tu eliges con qué llenas tu interior. Tu vida. Y qué vas derramando.
Quizás valga la pena llenarla de amor, de compasión y de gratitud. Sólo quizás.
Y ojito cuando derramen sobre ti. Si es aguardiente, recuerda que no es tuya. No. Es suya.
Hoy ha sido cortito, tómate el resto de tiempo para tu reflexión.
Ya es miércoles. Y sabes que hay miércoles que son algo extraños.
¡Disfrútalo!
Bibi
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