Hoy vengo con un hit de los que se dan muchas veces en las empresas.

Y al igual te desmonto una idea. Sólo al igual.

Mira a ver.

Pol es un trabajador de una multinacional. Pol es brillante. Pol quiere crecer y está continuamente buscando la mejora continua. Tanto la suya personal como la de la empresa.

Me encanta Pol. Tú lo sabes.

Y Pol me cuenta que está cansado. A veces se siente frustrado. Y a veces abatido.

Está cansado de proponer ideas que podrían mejorar los resultados de su empresa a los mandamases y que todas ellas se pasen por alto.

¿Y sabes que piensa Pol? 

Que es el ego de los mandamases que hace que se desestimen sus ideas. 

Al igual tú también. Pero te diré algo. Muchas veces no es así.

Bueno, puede que sea así cuando luego vuelven a salir esas ideas con otra autoría. Pero no es de lo que te quiero hablar hoy.

Fíjate. 

Puede ser que sólo debamos aprender a gestionar bien a los jefes.

Y por eso hoy quiero compartir contigo algo que escuché una vez de una alta ejecutiva.

Dijo algo así.

Todos los ejecutivos tienen un radar personal con los objetivos que quieren alcanzar y con los obstáculos que les impiden conseguirlos.

Si quieres convencer con tu idea asóciala a este radar, y explícales cómo puedes hacerles exitosos o cómo puedes eliminar riesgos.

Touché. 

Así que una idea es que dejes de lado al ego de tu jefe. Y te pongas a estudiar.

¿A estudiar? 

Si. Y es que primero tienes que estudiar bien cuál es su radar y vincular el problema que vas a solucionar con tu idea a él.

Ningún jefe al que le lleves a la consecución de sus objetivos te va a decir que no a una idea potente. 

Pero espera. Que la ejecutiva añadió algo más.

Si quieres convencer a un alto ejecutivo, debes ser uno de los nuestros, vibrar en nuestra misma frecuencia y sentir que estás en el mismo nivel.

¿Y porqué te comparto esto también?

Porque cierto es que no siempre uno defiende sus ideas, con confianza y seguridad ante los peces gordos. O ante un comité.

Y esta indecisión y falta de convicción ya ha ocasionado demasiadas muertes súbitas de ideas buenísimas.

Descansen En Paz.

Así que si tienes una idea y la quieres poner al servicio de tu empresa transmítela con confianza, convicción y autenticidad.

No te vengas abajo delante un comité ejecutivo. Deja la indecisión y timidez a un lado, y también esas muletillas que a veces nos acompañan, los buenos, los condicionales, los quizases y los intentos.

Ya sabes de qué te hablo.

Venga, es tu momento y es que no están los tiempos para ir perdiendo ideas ni oportunidades.

Ponte a brillar con tu marca personal y tu actitud ejecutiva desde la autenticidad… Y si eso, ya me cuentas tus resultados.

Déjame decirte que necesitas algo más que una gran idea para causar un impacto a tus superiores. Dale.

Hoy es miércoles. Quizás sea un gran miércoles.

Bibi

PD. Mientras escribía el mail me ha asaltado una idea de curso: Aprende a gestionar a tu jefe. ¿Cómo lo ves? No sé si me será fácil su venta. Habrá que probar.