Y para contarte todo esto vamos a jugar un poco tal y como propuso el psicólogo Peter Warson a la hora de confirmar la teoría.

Además es viernes. Y seguro que estás de buen humor.

Vamos allá.

Te voy a dar unos números, y tú tienes que tratar de identificar el patrón.

Y para saber si es el patrón tú me puedes proponer diferentes cadenas y yo te diré si sigue el patrón o no.

Ready

Los números son 2, 4 y 6. Piensa el patrón.

Tienes intentos ilimitados y tampoco tienes límite con el tiempo.

Dale al coco.

2, 4 y 6. Qué patrón será.

De mientras. Imagínate que un compañero tuyo también juega, y propone 4, 6 y 8. A lo que afirmo que cumple el patrón.

Acto seguido lo intenta con 6, 8 y 10. A lo que vuelvo a afirmar que cumple el patrón.

Lo intenta alguna vez más con diferentes cadenas de números y llega a la conclusión que el patrón son intervalos crecientes de dos. ¿Sí?

Luego está otra compañera que también juega y propone 3, 6 y 9. A lo que afirmo de nuevo que cumple el patrón. 

Añade otra serie para confirmar y dice 4, 8 y 12. Confirmo que también sigue el patrón. 

Tu compañera llega a la conclusión que el patrón es que son múltiplos del primer número.

Tu propuesta no sé cual ha sido. Pero te diré que ambos compañeros tuyos están equivocados con el patrón.

Y ahora voy a compartirte dos cosas. No sé si sabes cuál es la respuesta, pero te la daré. Y también te diré como piensa la gente que resuelve con éxito esta situación.

A la primera cuestión, es que el patrón son números con orden creciente.

A la segunda cuestión es que la gente, de normal, busca confirmar su creencia. Y a medida que se validan los números asumen que su genial idea inicial es la buena.

Nos preocupamos más en encontrar los números que se ajustan a lo que creemos que no a descubrir el patrón.

Lo mismo sucede en la empresa. En la vida.

Nos preocupamos más en reafirmar que nuestras creencias confirman lo que pensamos que en ver la situación de manera más objetiva y veraz

En cambio. Los que resuelven la situación con éxito lo que hacen es intentar validar respuestas que refutan su idea inicial.

Veamos un ejemplo.

Si pienso que el patrón son intervalos de dos, voy a proponer 3, 2, 1. Al saber que no es correcta pruebo con 2, 4 y 10. Y a partir de aquí elaboro mejor mi hipótesis.

Y esto es lo que te sucede con todo tipo de situaciones.

Te empeñas en querer tener la razón. La quieres a toda costa. Cada sí que obtienes es una medalla y un subidón de dopamina.

Sin embargo es cada no el que te va a acercar a la verdad. Los nos contienen más información.

Al validar nuestras ideas con síes estamos estrechando nuestra visión. 

De aquí la importancia de entrenar el pensamiento crítico. De ser flexibles. De cuestionarlo todo. Y esto es lo que vemos en todas las formaciones de bienestar. De innovación. De comunicación.

Por eso de seguir creciendo. Y ganando. Todos.

Si no has desvelado el enigma, no te preocupes, tan sólo lo hace una de cada cinco personas. 

Hazlo ahora con tu equipo. En la siguiente reunión. Durante el descanso. Compartir la reflexión puede ser un subidón de sabiduría.

Atrévete.

¡Disfruta de tu día! Hoy no se volverá a repetir.

Bibi