Y yo que pensaba que estabais todos de vacaciones y aquí sigo recibiendo vuestros mails. 

Mail de ayer.

Bibi, que buena tu posdata. Tu segunda posdata, y es que yo soy mucho de conservar y poco de eliminar. Aunque supongo que es miedo lo que me invade cuando pienso en soltar algo que ya no me hace feliz. Gracias por tus mails. Casi todos los días me quedo un rato pensando en ellos. Gracias.

Primero. Gracias a ti siempre por estar.

Segundo. Ojito.

Te voy a presentar la falacia del coste hundido.

Pero antes déjame decirte que la idea de perder siempre es más fuerte que la de ganar. Le llamamos aversión a la pérdida. Ser consciente de ello te puede ayudar a gestionar esas conversaciones que tienes contigo mismo.

Ahora si, a lo que iba. Importante también en la toma de decisiones. Y es la falacia del coste hundido.

Puede que la conozcas. Puede que no. Pero muchas de nuestras decisiones se ven afectadas por ella.

Y este sesgo significa que una vez hemos invertido recursos, tiempo y/o dinero en algo, es fácil que continuemos dedicándole más. Más recursos, tiempo y/o dinero.

Y es que no queremos tener la sensación de tirar a la basura lo invertido aunque ello no nos lleve a ninguna parte.

Vuélvelo a leer. Aunque ello no nos lleve a ninguna parte.

¿Y sabes que?

La vida es demasiado corta para insistir en aquello que no nos hace felices.

Quizás te haya pasado alguna vez que has ido al cine y a los 15 minutos has pensado que aquella película es terrible.

Madre mía, salte. 

Quizás has conocido a alguien y vas a cenar con esta persona que ves que no te gusta.

Madre mía, huye antes del postre. No hace falta que pases ni la noche ni los dos años siguientes. Ríete, pero también los hay.

Quizás has empezado unos estudios, llevas tres años de carrera y lo detestas.

Madre mía, escápate de la uni. Pero ya. 

O quizás llevas invirtiendo mucha pasta en un nuevo proyecto que no tiene resultados pero insistes en resucitarlo.

Madre mía, decide no perder más. 

Seguir allí es un engaño de tu mente, e insistir en ello no va a hacer que cambie la mala decisión que has tomado.

Acéptalo.

Aunque hayas invertido recursos, tiempo y/o dinero.

Acéptalo.

A nadie le gusta perder. Forma parte de nuestra naturaleza. Pero no seas cabezón.

Acéptalo.

Admitir que te has equivocado es de guapos. En serio. 

Acéptalo.

No tengo ni idea si esto puede ayudar a quien me envió el mail ayer. Pero como sé que siempre sirve a alguien. Aquí lo dejo.

Y ya sabes tanto lo de ser guapos como lo de defenderse de uno mismo lo vemos en el curso de Cómo funciona el cerebro. Si quieres saber más, llámame y así de paso nos deseamos feliz año nuevo.

Hoy ya es miércoles. Quizás el mejor miércoles de tu vida. A saber.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Insisto si todavía te falta algún regalo. No lo puedes envolver, pero lo puedes regalar tantas veces como quieras. Te dejo el enlace para suscribirse al mail. Es gratis. Darse de baja también. Pincha aquí.