Puedes hacer algo immediato para ser un poquito más feliz hoy. Si.


Pero antes, déjame preguntarte algo. Llámame curiosa.

¿Hoy te has duchado sólo o acompañado?

Ou yeah.

Ou yeah. Si te has duchado sólo disfrutando de este gran momento del día. Saboreándolo. Agua caliente y cuidando tu cuerpo, todo tu cuerpo.

Ou yeah. Ou yeah. Si te has duchado acompañado. Y cuando digo acompañado, me refiero a lo Cincuenta sombras de Grey. Y es que en este mundo hay dos tipos de personas. Los que su duchan acompañados o no.

O no. 

Quizás haya más tipos.

Porqué sé que tu probablemente hoy, tampoco te has duchado sólo.

Fíjate si estoy segura de ello que pongo las dos manos en el fuego. 

Las dos. A lo loco.

Es más, hasta puedo intuir con quien te has duchado. Puede que con los que van a asistir a la reunión que tienes esta mañana adelantándote a cómo irá, con un proveedor con el que te sentaste ayer a negociar y sigues enganchado en la conversación, puede que estuvieras ya ubicado en algún lugar donde tienes que hacer un recado o con el profesor de tu hijo con el que te reúnes más tarde.

A saber toda la gente que estaba contigo cuando te duchabas. Haz memoria. Igual ni te acuerdas. Pero seguro habréis sido unos cuantos. Y si no, mañana me lo cuentas.

Menudo lío eso de ir a lo loco por la vida. Y así vamos. Con los pensamientos automáticos que tienen prioridad a los que realmente pueden hacer que hoy puedas ser un poco más feliz, hoy.


¿Quieres una buena idea?

Dale. Gratitud es la idea.


Y si, yo hoy soy un poco más feliz y te cuento el porqué.

Me he levantado dándome cuenta de estar despierta, respirando y sintiéndome viva. Y estoy agradecida por ello.

Me he tomado el mejor de los cafés, mi favorito. Te tengo que confesar que es uno de mis momentos favoritos del día. Y lo agradezco, además ¡me encanta el olor a café tostado por las mañanas! 

Miro alrededor. Y sigo maravillándome, me puedo sentir muy afortunada de todo lo que tengo, ¡todo!. 

Mi hija se ha unido al desayuno. Repasamos las ilusiones que nos deparan para el día de hoy. Menudo gustazo compartir cada mañana esta conversación. Qué afortunada. 

Momento ducha. Madre, otro gran momento del día. Compite con el del café. Menudo privilegio este primermundista, ¿no te parece? Acompañada o no,  sintiendo el momento y muy agradecida.

Luego me siento y leo los mensajes, emails y reflexiones del día. Y estoy mil veces agradecida por tenerte aquí. Además de poder dedicarme a lo que me apasiona y seguir aprendiendo, día tras día. 

Wow. Qué genial todo lo que tengo y tan sólo han pasado treinta y cinco minutos desde que me he levantado.


Gracias. 

Gracias. 

Gracias.


Tomar la decisión de instalarse en el agradecimiento es una de las mejores decisiones que uno puede tomar a diario. Y si, también en el trabajo.

Ya sabes. Te podría dar estudios, estudios y estudios. Pero lo suyo es practicarlo. Otra cosa, no sirve de nada.

Así que puedes seguir con el piloto automático o instalarte en el agradecimiento para ser un poco más feliz, hoy. Y ahora, en serio.

 Ya casi es viernes. 

Bibi

PD. Te dejo el enlace aquí para que les digas a tus colegas que se unan a la (r)evolución. 

Si quieres darte de baja, también puedes hacerlo aquí. Es gratis. Vuelve cuando quieras.