Lee atento. Ayer me dieron una muy buena noticia.

Alguien que no se llama Antonio pero si que tiene una pequeña empresa va a implantar una jornada laboral de 4 días. Una empresa cerca de tu casa y de la mía.

Es decir no una startup de Silicon Valley que nos cae un tanto lejos. No. Aquí, muy cerquita.

Ou yeah. Pensé. Esto está genial. Romper con lo establecido no es nada fácil y que cada vez haya más empresas aplicando prácticas molonas está genial.

Ahora bien. Ahora viene lo bueno. O lo malo.

Antonio, que no se llama Antonio pero que quiere preservar su identidad, no lo quiere contar. No.

No quiere que nadie lo sepa. No quiere que los empleados lo vayan comunicando. Tampoco.

Los clientes tampoco deben enterarse. Su horario habitual igualmente quedará cubierto y la atención no se verá afectada. Pero no quiere que lo sepan.

Y yo flipo. Lo respeto. Porque Antonio no es Antonio. Y tampoco te voy a decir el nombre de su empresa. Pero me asombra.

¡Porque esta acción es un notición para la (r)evolución!

Es un ejemplo que las cosas pueden cambiar.

Es un ejemplo para inspirar a más empresas.

Es un ejemplo que existen nuevas maneras de hacer.

Es un ejemplo de atreverse a romper con lo establecido.

Es un ejemplo de pensar en las personas.

Pero como no es lo normal. Le da miedo que tenga un impacto negativo en su negocio.

Y hoy sólo quiero decirle a Antonio. Antonio, ojalá más empresas y prácticas como esta.

Antonio, lejos de tener un impacto negativo eres pura inspiración.

Antonio, te queremos. ¡Bienvenido a la (r)evolución!

Ayer era casi viernes. Hoy ya lo es.

¡Disfrútalo! 

Bibi

PD. Bienvenidos todos los que os habéis sumado a la (r)evolución esta semana. Te dejo el enlace por si queréis invitar a más personas a formar parte de ella. Mil gracias. Te adoro.