Mira.

Hay un ejercicio que realizamos en las formaciones acerca la felicidad que es tomar consciencia de lo que nos hace felices. En el trabajo.

Nunca hay dos formaciones iguales y en cada equipo siempre salen variables muy random.

Y es que si hay algo que ya sabemos es que no existe una fórmula de la felicidad. Aunque quieras aplicar la de Küppers. No. No existe ninguna fórmula. Ni está patentada. Ni la puedes conseguir. Tampoco en el mercado negro.

Lo que si sale en este ejercicio de forma recurrente es la variable de que para ser feliz en el trabajo debe apasionarte aquello que haces. Bueno vale, sin llevarlo al extremo, debe gustarte.

Y siempre lo pongo en duda. 

Sí. Claro que si te gusta tu trabajo es un plus con el que cuentas. Pero créeme que hay pocas personas que les apasione lo que hacen.

No tengo cifras. 

Cifras de las personas que se dedican a hacer algo que les flipa. 

Pero si te diré que el porcentaje es bajo.

Pocas personas con las que me cruzo a diario en la empresa les sucede.

Y es que conseguir que te apasione tu trabajo no es tarea fácil.

Sea porque cuando escogiste la carrera estabas empanado. Sea por que tus intereses hayan cambiado. Sea porque te has cambiado de ciudad por amor y la mejor opción disponible no es una empresa de tu sector. Sea porque haya sucedido algo que te ha hecho aborrecer tu trabajo. A saber.

Demasiadas variables para que todo ello se alinee a tu favor.

Entonces veo muy arriesgado que la variable pasión se convierta en protagonista, porque si no está, fácilmente te puede llevar a la frustración o a la insatisfacción.

Así que déjame que comparta contigo una técnica que puedes utilizar tanto si te apasiona tu trabajo como si no, para que vivas tu día a día con más plenitud.

Ya te he hecho spoiler en el asunto pero ahí va.

Ponle corazón a todo lo que hagas. A todo.

Tienes muchas rutinas en tu día a día. Tareas repetitivas que haces sin tenerle que prestar demasiada atención.

Y ello te lleva a tu mundo mental donde la mente tan sólo divaga y no siempre a tu favor.

¿Un truco?

Haz cada una de las tareas lo mejor que puedas. Ese mail. Ese informe. Ese análisis. Esa conversación. Lo que sea.

Ponle atención. Corazón. Pasión. Presencia. 

Céntrate en la acción que realizas. No en el resultado.

Haz que cada una de las experiencias de tu día a día sea agradable y llénala de plenitud. Y a ver que sucede. Igual así te empieza a apasionar lo que haces y eres feliz en horario de oficina. Imagínatelo.

Ah! Y para eso olvida la multitarea. No puedes hacer dos cosas a la vez. No mujer, tú tampoco, es un mito. 

Puedes entrenarlo también en lo personal. Pruébalo durante todo el día de hoy. Un día. Y si eso, mañana me cuentas.

 

¡Disfruta de tu día!

Bibi

 

PD. Pruébalo de verdad. Desde ya.

PD2. Si quieres realizar el curso de felicidad corporativa con tu equipo, llámame y te cuento cosas chulas. Muy chulas.