Hoy te voy a explicar una historia que ha sido clave en nuestros tiempos para el estudio del cerebro y su funcionamiento.

Quizás ya la sabes. Quizá no. Sucedió el 13 de septiembre de 1848.

El protagonista de la historia es un obrero ferroviario llamado Phineas Gage, quien sufrió un grave accidente cuando una barra de hierro le atravesó el cráneo, impactando en su cerebro justo en la conexión entre el sistema límbico y la corteza prefrontal.

Espera. Te ubico rápidamente.

El sistema límbico pertenece a lo que llamamos el cerebro emocional. Donde residen las emociones y los recuerdos.

Y la corteza prefrontal pertenece al cerebro racional. Es esta parte del cerebro que se encarga de las actividades complejas.

Ya sabes. Acudir a la cena de empresa, planificar los objetivos del mes, elegir la respuesta más adecuadas para darle a tu jefe, tomar decisiones, pensar acerca un proyecto, el control de impulsos cuando le darí… bueno control de impulsos, la empatía y demás.

¿Sí hasta aquí? 

Ok, sigo. ¿Sabes que pasó con Phineas? 

Primero. Que contra todo pronóstico tras un accidente así no murió. A saber porqué se salvó.

Segundo. Aquel hombre que había sido atento, amable, bondadoso, equilibrado y responsable como el que más, se volvió en un ser irrespetuoso con los compañeros, irreverente, arrogante, irregular, vacilante y caprichoso. Y cuando digo caprichoso me refiero a estar poseído por sus deseos.

Un tanto primitivo si. Y es que se sabe que cuando hay poca conexión entre el sistema límbico y la corteza prefrontal, uno es más agresivo, impulsivo e inconsciente.

Y los hay. Seguro te ha venido alguien a la cabeza. Perfecto, esto es que me sigues.

¿Y porqué te he contado todo esto hoy? Sólo para decirte una cosa. Sólo una.

A no ser que seas Phineas y una barra de hierro te haya perforado el cráneo. Tu cerebro está en constante construcción y es moldeable. Hoy si.

Ou yeah. Y hay que cuidarlo si quieres mantenerlo, además de sano, en plena forma para mantener y mejorar tus habilidades, equilibrar tus emociones y mejorar las interacciones sociales.

¿Que cómo? Ya lo sabes. Cuidando lo que ingieres, a través de la respiración, del ejercicio, la práctica de la atención plena, el cuidado de tus pensamientos, la información que consumes, la calidad de tus relaciones y demás.

Así que ya me gusta que te vuelvas loco con tanto crossfit o bici por las mañanas. Pero resérvate tiempo para el spa y el crossfit mental. También. Que luego en las formaciones cuando te pido tiempo para ello todo son excusas. Todo.

Ya sabes que me tienes contenta.

Ya casi es viernes.

Bibi

PD. No me acordaba que al darte de alta en el mail tenías gratis la GUÍA DE LOS 7 HÁBITOS PARA SER FELIZ EN EL TRABAJO. Te lo recuerdo por si se lo quieres enviar a alguien que le sabes que le va a ir bien. ¡Gracias mil!