Hoy seré breve. Es viernes y ya sabes que suelen ir así.

Sólo una reflexión. Acerca del odio.

Quizás odio suene muy fuerte. Así se va clara la idea.


Hay odio en las redes. Hay odio en las calles. Hay odio en las empresas. Hay odio en las familias.

Y lo peor de todo es que lo hemos normalizado. Y a veces, incluso pasa desapercibido.

Hay odio cuando juzgamos a alguien por su ideología política. Puede.

Hay odio cuando juzgamos a alguien por activista, sea en el entorno que sea. Puede.

Hay odio cuando juzgamos a alguien que no comparte nuestras ideas. Puede.

Hay odio cuando alguien actúa diferente a como lo haríamos nosotros. Puede también.


Pero es cierto que tú tienes a alguien cercano al que quieres, que piensa, que opina, que hace diferente a ti.

Alguien que tiene otra ideología. ¡Pero le quieres!

Alguien que no comparte tus ideas. ¡Pero le quieres!

Y es esta cercanía la que rompe con todo y vence al que consideramos como nuestro enemigo.

Porqué lo sabes, que él o ella es diferente. Aquí hay amor.

Y es que la deshumanización se caracteriza por ese proceso en el que demonizamos al enemigo y parece no ser digno de nuestro trato ni simpatía.

Y si. Ponemos distancia. 

En la empresa también pasa. 

Pasa con aquél que goza de otro status, aquél que está en otro departamento, aquél que tiene otros intereses.

Con él se pierde la confianza y nos vamos cargando de ira, perdiendo así la capacidad de empatizar, de escuchar y de conectarnos.


Pues sólo un reto hoy. Mírale de cerca. Mírale a los ojos.

En serio, ¿no le salvarías la vida a esta persona en caso de necesidad?

En serio, ¿no crees que ella salvaría la tuya en caso de necesidad?

Y ¿entonces que pasaría? Piénsalo.


Dejemos el odio de un lado.

Quizás la solución sea vivir con unos criterios más elevados y estar por encima de todo ello. Sólo quizás.

Quizás sea una precio demasiado elevado el que pagamos por el odio en nuestras vidas. Sólo quizás.

Quizás podamos convertir el odio en compasión. Sólo quizás.


Y ahora. Mírale de cerca. A lo loco. Al primero que se acerque a tu mesa.

Y si eso, ya me cuentas.


He dicho que sería breve. Y creo que me he pasado. En fin.


¡Ya es viernes! Y yo voy a poner toda la carne en el asador para que sea un viernes muy especial.

Disfrútalo tú tambien.
Bibi

PD. Hoy no hay posdata.