Te voy a contar cual es el mayor error en las organizaciones cuando pensamos en el dar y recibir feedback, vaya, cuando nos queremos decir las cosas a la cara.

Porque de esto va la comunicación, ¿verdad?

De hecho, la calidad en la comunicación de un equipo, determina claramente el rendimiento y los resultados que tenga el mismo.

Así que sí, esto va de comunicación. Todo parte de aquí. Todo.

A lo que íbamos. 

Estaba hace poco en una formación de comunicación donde pregunté si alguien me podía decir qué componentes son fundamentales a la hora de dar el feedback.

Jordi me contestó. 

Está claro Bibi. Buscar un equilibrio, eso de dar una de cal y una de arena. Decir también lo que ha hecho bien.

¿Cómo?

No puedes decir sólo lo negativo porque si no el equipo (o el compañero de turno) se viene abajo.

Ah vale. Se refería a decirle al compañero de turno lo que hacía bien para luego pegarle la hostia y que así se quedara tranquilo, quizás. 

A mí con esta frase me viene a la cabeza un Jordi eres un buen tipo pero la has cagado.

Y que quieres que te diga, me sobra el azúcar.  

Cuando está en juego el dinero, el tiempo, los recursos, el esfuerzo y todo lo que nos jugamos cada vez que alguien la pifia. En serio, me sobra el azúcar.

Es una putada, algo ha salido mal, hay que poder decirlo e incluso si uno está con un mosqueo monumental. Aunque sin salpicar, ¿eh?

  

Ok, Bibi, entonces ¿dónde queda como líder el hacer sentir bien al otro y su bienestar emocional?

¿Que dónde queda?

Te lo cuento.

El hacer sentirle bien queda en que te lo curres en el día a día con la confianza generada, el compromiso con tu equipo, y la responsabilidad de hacerlos mejores.

Ya sabes todo eso de reconocimiento, gratitud y empoderamiento. A diario. Si.

¿Y el bienestar emocional?

Jordi no está en párvulos y tiene que discernir entre su valía y tu mosqueo. Que nada tienen que ver. Pero cierto es, que igual sobre gestión emocional Jordi sabe más bien poco.

Y es que aunque no estemos en párvulos, allí quedó la asignatura pendiente. Para todos.

Por lo que…

No es una cuestión de delicadeza, es una cuestión de confianza.

No es una cuestión de decir que no pasa nada y que de los errores se aprende, es una cuestión de voluntad para seguir creciendo. 

No es una cuestión de ir con pies de plomo, es una cuestión de empezar a comunicarnos con intención y conciencia.

Cuando quieras hablamos de ello.

Y no te mosquees demasiado hoy. 

Bibi

Si quieres que tu equipo reciban estas píldoras por la mañana. Diles que se den de alta en el mail. Toma, el enlace.