Cada día la lista va creciendo. Y no sé si eres de los que llevas un tiempo recibiendo el mail diario, o justo ayer te diste de alta.

Peeeeero sea lo que sea, verás que hay días que cuento un relato, sea chino o zen, pues no puede faltar cuando se habla de desarrollo personal o profesional.

¡Si no me conoces igual no sabes que va en modo ironía!.

Hay días que te lanzo una reflexión ya sea de primero o cuarto de desarrollo personal o profesional. O quizás ni con esto tenga que ver. Pero que reflexionas, seguro.

Y hay días… hay días que me enciendo y estoy un poco más rebelde.

Como hoy, que es viernes. Y tengo lío pero no quería dejar de compartir algo que me enciende.

¿Quieres saber qué es? 

La educación.

La educación.

La educación.

Y no hablo de educación entendida como respeto y demás. No. Hablo de cómo está definido el sistema educativo.

Queremos una población sana y equilibrada. Y sigue sin haber asignaturas esenciales para ello.

Queremos gente que mueva el país y genere riqueza. Y sigue tratándose la educación como en la revolución industrial.

Queremos gente apasionada y que disfrute con lo que hace. Y uno no puede hacer la carrera que le motive.

Queremos que se trabaje en equipo y se promueva la cooperación. Y el sistema educativo lo que hace es premiar el individualismo.

Ah. Y espera, que ahora ya ni tan siquiera necesitas hacer méritos para pasar de curso. ¿Así que la meritocracia donde queda?

Y me enfurezco.

Porque en la educación se origina gran parte de lo que vendrá después.

Porque la educación debería ser el reflejo de lo que queremos ver en el mundo real.

Porque no puede ser que la sociedad avance y no lo haga la educación.

Quizás no se quiera gente sana y equilibrada.

Quizás no se quiere gente que mueva el país y genere riqueza.

Quizás no se quiere gente apasionada y que disfrute con lo que hace.

Quizás no se quiera trabajo en equipo y cooperación.

Y me enfurezco. Y si, cambiar esto es difícil. Cambiar esto requiere un esfuerzo de todos. Cambiar esto requiere claridad. Cambiar esto requiere sentido común.

Así que de momento vamos a seguir con nuestra (r)evolución. Porque quizás cambiar lo de fuera siempre, siempre, siempre empiece por cambiarse a uno mismo. Sólo quizás.

Y quizás si nos creemos la fuerza y el poder que tenemos si nos unimos todos igual nos vaya mejor. 

Eh, que esto no es el Show de Thruman. ¡Es hora de despertar y de seguir con la (r)evolución!

Me gusta tu mente rebelde e inquieta. ¡Vamos!

Ayer era casi viernes. Hoy ya lo es.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD1. Ayer cometí el error de ver un telediario. Así te ha ido hoy. Todo en este mundo es una consecuencia. Todo.

PD2. Te dejo el enlace para que invites a quien quieras a la (r)evolución. Aquí.