Que si el reconocimiento huele demasiado a mundo feliz, que si estamos todo el dia reconociendo los trabajadores ya no le dan valor, que si el reconocimiento es para los flojos…

Que si. Que si. Que si…

Si me das a elegir entre motivación o automotivación, me quedo con la segunda, ya que no depender del exterior siempre nos hace más libres. Siempre.

Peeeeeero, a todos nos gusta el reconocimiento. ¿Cierto?

Mira.

La primera situación.

Acabas de presentar un informe delante de tu equipo y todos reconocen tu trabajo excelente. Y tu te vuelves a tu puesto cual pavo real. ¿Me equivoco?

Y, ¿con qué actitud emprendes las siguientes tareas? Piénsalo.

La segunda situación.

El informe es el mismo pero ni le dan la más mínima importancia a tu dedicación. Sientes la indiferencia.

Y es que a mi el no reconocimiento me parece una manera poco sofisticada de echar por la borda toda nuestra entrega. 

¿Cuál de las dos situaciones querrías para ti? Sé sincero.

Eso es. Pues démosle al play.

Reconocimiento a tope en la empresa. 

Y ahora ya sé que estás pensando. Bibi, pero sin pasarse. No vaya a ser.

Ok, sólo comentarte que los líderes excelentes además de considerar el poder del reconocimiento, también saben cómo manejarlo.

Te cuento cómo lo hacen…

1. Específico
2. Inmediato
3. Con intención

Y es más.

Saben también que las pequeñas recompensas son más efectivas.

Lo hacen impredecible e intermitente para que no pierda impacto.

Buscan refuerzos innovadores y que motiven al trabajador.

Ahora si.

Avanti con el reconocimiento. Sólo pruébalo. Y en unos días me cuentas qué tal.

Todavía es martes. Vale lo mismo que cualquier otro día.

Disfrútalo.

Bibi

PD. Este contenido lo tienes disponible tanto en la formación de Liderazgo como en la de Gestión Emocional. Si lo quieres para tu equipo, llámame.