El miércoles estábamos en una formación hablando de la gestión emocional. Si.

Hablando de emociones positivas. También.

Hablando de observar la belleza. Y por lo tanto, del arte de la fascinación.

Y Rocío, una participante, quiso compartir con el resto del equipo algo que siempre había vivido en su casa.

Y ese algo era que sus padres vivían fascinados por (casi) todo. 

Rocío nos contaba que de pequeña no lo entendía. Es más, le daba cierta rabia. Ya sabes, esta emoción que a veces uno siente cuando ve al otro excesivamente feliz. A saber.

Aclaraba que no se fascinaban tan sólo con aquello que era impresionante. No. Se fascinaban ante la belleza que encontraban en (casi) todo.

Y ahora era ella quien anhelaba esta sabiduría. La del arte de fascinarse ante la vida.

Wow. Ya me vas conociendo, ¿verdad? Me quito el sombrero.

¿Y es que sabes qué pasa?

Que vivir fascinado es sentirse enamorado, vivo, asombrado, inspirado… y feliz.

La fascinación tiene un impacto brutal en nuestro cerebro.

Fíjate.

Cuando nos sentimos fascinados por algo liberamos endorfinas (la hormona del placer).

Cuando nos sentimos fascinados por algo nos es más fácil focalizar la atención.

Cuando nos sentimos fascinados por algo despertamos la curiosidad y potenciamos la creatividad.

Cuando nos sentimos fascinados por algo potenciamos la sensación de bienestar.

Cuando nos sentimos fascinados por algo sentimos una sensación de seguridad y confianza.

Cuando nos sentimos fascinados por algo vives el momento presente y en un estado de concentración. 

Cuando nos sentimos fascinados por algo nos atrae el misterio que experimentamos.

Y es que Einstein ya lo decía, la cosa más bella que podemos experimentar es el misterio.

Y podría seguir, pero no lo hago porque es viernes de puente, y seguro que tienes muchas cosas que hacer.

Así que voy a ser muy breve.

Fascínate.

Fascínate.

Fascínate. 

Entrénalo cómo los padres de Rocío.

Entrénalo en tu puesto de trabajo.

Entrénalo con todo tu equipo.

Y es que además de ser u  estado de poder mental brutal, la fascinación es la mayor de las herramientas de persuasión. Esto, si acaso, ya lo hablaremos otro día.

De momento, fascínate.

Menuda semana más rara… Vamos ya a por el tercer viernes.

¡Feliz fin de semana!

Bibi

PD. Si quieres saber qué más cosas tratamos en el curso de Gestión Emocional, llámame. Hoy no estoy de puente.