Mira que me pasó ayer.

Cenando. En una ciudad guay. En un lugar guay. Con un tipo guay. 

Estábamos en una de estas conversaciones de negocios, emprendimiento y demás. Ya sabes, me flipan. Y la conversación iba de cómo había conocido a un empresario relevante en su ciudad.

El tipo con el que cenaba es de estas personas que mueven el mundo. Y lo embellecen, sin duda alguna. De los que dejan huella. El del que hablábamos, también.

Y me dijo que algo que le había asombrado de este empresario desde el primer momento que lo conoció. Y es que es una persona que lo afronta todo desde el minuto cero.

Que se pare el mundo.

Que se pare el mundo.

Que se pare el mundo.

Algo que me parece asombroso. 

Somos proclastinadores por naturaleza. Aquello que no nos da una recompensa inmediata, nos cuesta muy poco dejarlo para más tarde. Lo sabemos bien.

Sin embargo este empresario es de acción instantánea.

Sin duda me remarcó esta virtud como la clave de sus éxitos. Un tipo guai.

Yo también lo creo.

Ahora atento. Es tu momento…

De los 1440 minutos que tienes por delante ¿En qué minuto harás esa llamada pendiente? ¿Ese expediente atravesado? ¿Cuándo agendarás esa reunión?

Quizás si se acerca al minuto 0, mejor.

Hoy es jueves. Quizás la noche más mágica del año. A saber.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Fíjate lo que me impactó la conversación que estoy por aparcar la frase no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, déjalo para pasado mañana y así tienes libre hoy y mañana. Entre el minuto cero y esta frase, está tu elección.