Vamos a ver.

Que la felicidad en el trabajo es la nueva productividad ya lo sabemos. Aunque a veces nos hagamos los locos.

Y que la gratitud es un elemento indispensable para la felicidad, también.

Así que si entrenamos la gratitud y con ello obtenemos algunos de los beneficios que nos aporta, estaremos impactando en nuestra felicidad.

Y en ella, encontraremos más energía y salud, mejores relaciones y conexión, menos estrés y ansiedad, mejor gestión emocional y menos dolores de cabeza.

Tan sólo por nombrar algunos beneficios.

Pues bien, aunque existan muchas maneras de practicar la gratitud hoy te quiero hablar de un concepto que al igual desconoces: la brecha inversa.

Ojo, porque si aplicas lo que te voy a contar, igual eres más feliz. En tu vida. En el trabajo.

Dan Sullivan, coach empresarial, es el autor de este concepto y lo define de la siguiente manera:

Estamos acostumbrados a mirar la brecha de donde estamos hacia donde queremos llegar. Seré feliz cuando… suceda un hecho (tus objetivos).

Y esta brecha nunca tiene fin porque siempre miramos hacia nuevas intenciones. Siempre es un ideal. Por lo tanto, estamos vinculando la felicidad a un objetivo futuro y esto es como intentar atrapar el horizonte. 

Por lo que Dan nos propone lo siguiente:

Mira hacia el pasado.

Mira hacia el pasado.

Y observa la brecha inversa apreciando lo que ha pasado hasta el día de hoy. Date media vuelta hacia donde estabas -tu punto de partida- y valora y agradece la (r)evolución en tu vida hasta llegar a hoy.

De esta manera estás midiendo tus progresos reales. Tus aprendizajes. Cómo has mejorado. Y esto es verdadero. Toma conciencia de ello y entrena la gratitud.

Me gusta este concepto. Ahora hace falta entrenarlo. Si esto, dentro de unos días me cuentas que tal.

Ah. Y no lo olvides. Cuídate. Mímate. Valora lo que eres y date las gracias cada día. Sí, sí, a ti.

Ayer era casi viernes. Hoy ya lo es.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Vivir es compartir. Así que reenvía este correo a quien sientas que le va a gustar. ¡Cuantos más seamos más fácil será la (r)evolución! Besazo.