Fíjate si hacemos cosas extrañas los seres humanos. Tú y yo. Y otros muchos.

Tenemos que batallar con nosotros mismos para ser quienes realmente somos.

Vuélvelo a leer. Raro de cojones, no me jodas.

Tenemos que batallar con nosotros mismos para ser quienes realmente somos.

Mírate. 

Tienes talento. Tienes unas cualidades de la hostia. Tienes conocimiento.

Y sin embargo a veces dudas de ti. Qué se yo lo que te dice tu vocecita interior.

La que te habla por lo bajini. Esta que te advierte del peligro y a veces se pasa de frenada. 

Ante un nuevo proyecto. Ante un cambio. Ante un sueño.

Dudas. Sientes miedo y puede que te aterre la incertidumbre.

Y salirte airoso y con éxito depende de la cabecilla de tu fortaleza mental. La confianza.

Y es que no estás apuntado a ningún gimnasio mental.Y de hecho, si estuvieras apuntado incluso podría ser que pagaras la cuota y no fueras. Que también somos de eso. Tú y yo. Y otros muchos.

Aunque imagínatelo.

Sería algo así como un lugar donde la gente vacilara de su mentalidad positiva.

Un lugar donde se hicieran series de entrenamientos cañeros para manejar el estrés y la presión.

Un lugar donde la gente fuera a fortalecer el músculo de la confianza. 

Un lugar donde pudieras asistir a la clase colectiva de perseverancia y encima lo disfrutaras a tope.

Un lugar donde hicieras postureo con tu resiliencia.

Molaría sí.

Y ahora estaríamos entrenados para que la confianza sólo dependiera de uno mismo.

No la dejaríamos en manos de otros. Que deben confiar en nosotros para que uno mismo también lo haga. Y esto es muy raro.

Y más que raro. Es muy peligroso el tener que contar con la aprobación de los demás para desarrollar este músculo. Y sin embargo lo hacemos.

Necesitamos que los demás nos validen una y otra vez para venirnos arriba.

Cuando lo más potente sería desarrollar este músculo. Validarnos a nosotros mismos y confiar en que disponemos de todos los activos que nos permitan asumir nuevos retos.

Pero las cosas son como son. Ojo, hasta que uno decide cambiar. Uno decide confiar. Uno decide entrenar.

Y si eres tú quien ahora quiere poner en forma este músculo te voy a detallar la serie de entrenamiento que te pondría tu monitor de apariencia atlética.

Hazte una lista de aquellas cosas en las que te falte confianza. Puede ser en hablar en público, en el ligar o en la toma de decisiones.

Bien. Ahora, al lado, describe una tarea que puedas hacer para reducir tus inseguridad y ganar más confianza en ese campo.

Fácil. Hazlo. Ahora. Dedícale diez minutos. De momento.

Y vuelve de esta manera a ser quien realmente eres. Vuelve a relucir tu esencia. Tu versión más potente. Tu versión más auténtica. Que allí está. Enterrada a veces por pensamientos oscuros. Por miedos. Por dudas.

Y que lo único que hacen es que dejes de reconocer tu valor. Vamos. Date un poco de amor y vuelve a ser tú.

Y cómete el día. A bocados. Que hoy es miércoles.

¡Disfrútalo!

Bibi

PD. Si quieres que entrenemos la fortaleza mental de tu equipo y estás buscando un gimnasio, no te puedo ayudar. Si quieres un entrenador personal rollo Google a la puerta de tu empresa. Llámame, que ya llevo puesta la gorra.