Alguna vez ya hemos hablado tu y yo de esta sensación de cuando a uno se le ensancha el corazón.

Y tener esta sensación pienso que es un lujo que nos regala la vida. Quizás uno de los mejores. 

Gratitud. Amor. Equilibrio. Qué se yo… Plenitud.

Puedes ahora mismo hacer una gran respiración e inhalar estos conceptos, los sentimientos y la sensación corporal es genial. Regálatelo. Un minuto.

Hazlo antes de seguir. 

Inhálalo. Si. Coge aire. Y exhálalo. Puedes repetirlo tantas veces como quieras. 

Es más, disfrútalo porque es probable que cuando sigas leyendo no sientas las mismas sensaciones.

Y es que a veces no hace falta mirar muy lejos para sentir todo lo contrario. 

Miro ahora hacia una empresa, igual pase también en tu departamento o en el departamento de al lado.

Donde las emociones que prevalecen hacen pequeño el corazón, donde hay conflicto, donde hay rencor entre los trabajadores… porque tú… porqué el otro… que si la abuela de… En fin.

Equipos enfadados. Muchos colegas enfadados. Y no es que ayer tuvieran un conflicto. Sino que hace tres años y doscientos tres días tu me dijiste, y por eso me enfadé y no te puedo ni ver… Amén.

¿Y qué hace la mente?

Ir escribiendo un guión del drama cada vez más potente. Por eso de ganar audiencia. Y es que eso si nos va. 

Y puede que nos vaya, pero no funciona. Porque aunque creas que victimizarse y estar rencoroso te ayuda a ser fuerte, la verdad es que está perjudicando gravemente a tu bienestar. Y a tu salud.

Y ¿sabes qué te propongo hoy para ensanchar un par de tallas de corazón?

La práctica del perdón.

Y es que la ciencia no sólo ha demostrado que reduce la ira, la ansiedad y el estrés, el enfado insano y la depresión, entre otros.

Sino que ha demostrado que mejora la calidad de vida, tu concentración, la autoestima, el amor propio, la confianza y también, claro está, las relaciones y la colaboración. En fin, algunos de los básicos para proteger tu bienestar en el trabajo.

Sin embargo, muchas veces no lo practicamos porque pensamos que…

El perdón nos hace más débiles.

El otro no se lo merece tal acto de bondad,

Es una reducción del amor propio.

Es aceptar la injusticia cometida o excusar el comportamiento del ofensor.

Y no. ¿sabes porqué?

Porqué el perdón va de ti y habla de ti. No del otro.

El perdón es una de las mejores armas de fortaleza y coraje, amor y bondad.

Y nos muestra la grandeza y belleza del ser humano y su capacidad de resiliencia. De volver a su estado natural. Al del goce y bienestar. 

¡Madredelamorhermoso que filosófica estoy hoy!

Y es que me gustan los valientes que saben practicar el perdón. Vaya si es de valientes. De hecho, lo fácil es ir con el piloto automático, y con nuestro cabreo por bandera.

Y puesto que en la empresa es un terreno fértil donde se dan conflictos, pueden haber jefes autoritarios, compañeros que pueden dañar bajo los efectos del estrés, rivalidades y demás. También es un lugar excelente donde entrenarlo.

Así que hoy te invito a poner en forma el músculo del perdón.

Puedes empezar comprometiéndote a no hacer daño cuando tu estés herido, ya sabes, la actitud del ojo por ojo. A practicar a pequeña escala el perdón cuando te enfades en la siguiente reunión. Y perseverando cada día en la práctica, hasta que se convierta en un hábito y estés en paz.

¿Parece una tontería verdad? No lo es. El resentimiento nos daña, y mucho.

Hoy es miércoles. Hay miércoles muy extraños.

¡Disfrútalo!

Bibi

Pd. Existen muchas prácticas para ello que han transformado departamentos y organizaciones. Las vemos en el curso de bienestar y gestión emocional en la empresa. Si quieres saber más sobre él, llámame.