Atento.

Candice es una trabajadora del Hospital Universitario de Michigan.

Sí. Podría haber sido del Hospital Universitario La Paz de Madrid pero entonces sería Helena Torres.

Y no. Su nombre es Candice y su apellido Walker. Como el del whisky.

En el Hospital todo el mundo habla de ella. Y con más cariño aún cuando tratas con los pacientes oncológicos. Y es que Candice está en la planta de oncología. 

Una planta complicada. Oncología es el área que diagnostica y trata a los pacientes de cáncer. Además de los cuidados paliativos y la investigación clínica. Un cuadro, vamos.

Los trabajadores ponen mucho empeño en proteger a los frágiles sistemas inmunitarios y a cuidar de las frágiles emociones de los pacientes. En especial, Candice.

Candice es muy atenta con todos los pacientes. La que más. Es la primera en consolar a muchas familias.

No es de extrañar que se presente con café y unas rosquillas a hablar con los pacientes que deben someterse a un tratamiento.

O quizás cuenta historias y las teatraliza para que niños y adultos se distraigan con ella. 

Intenta con todas sus fuerzas sacarles una sonrisa y de ese mar de preocupación en el que están.

El otro día un paciente estaba en el suelo del ascensor y mientras sus compañeros lo miraban sin saber qué hacer, Candice, se ocupó de la paciente para que pudiera recibir el tratamiento urgente. 

Además Candice le pone cariño a todo lo que hace. 

Una crack, la tipa. Una crack.

Y ahora te estarás preguntando que hay de extraordinario en todo esto.

Pues bien.

Candice no es doctora.

Candice no es enfermera.

Candice tampoco es asistente social. 

Candice es la mujer de la limpieza y su trabajo es mantener limpio el centro oncológico.

Y si le preguntas a Candice sobre el porqué de todo esto si no forma parte de su trabajo. Su respuesta es no, esto no forma parte de mi trabajo, forma parte de mi.

¿Y qué hago yo? Ya lo sabes.

Me quito el sombrero.

Estoy in love con Candice.

Candice un día decidió replantearse su trabajo. Quiso aportar un valor a los demás y encontrarle sentido a su día a día.

Candice quizás se hubiera dedicado a otra cosa. Hubiera querido tener unos estudios. Cambiar de trabajo o reconsiderar uno nuevo. Y no pudo.

Lo que si pudo es reconsiderar su trabajo. Y decidir qué trabajadora ser. Decidir dejar un impacto a quienes le rodean. Tanto para ella. Como para los demás.

Candice un día decidió dejar de estar pendiente de fuera (que luego ya sabes, uno se enfada con la empresa, el jefe y demás) para estar pendiente de una misma. 

En uno de los libros de Adam Grant este concepto se explica como el job crafting

Define a las personas como Candice arquitectas activas de su propio trabajo.

Trabajadores que alinean sus tareas y acciones con sus valores, intereses y habilidades. 

Potente.

Inspirador.

Muy fan de Candice.

Muy fan de los que deciden vivir felizmente su trabajo.

Amén. 

 

¡Disfruta del día!

Bibi

PD. Que sí. Que sí. Que puedes subvencionar todos los cursos a través de la Fundae. 

PD2. ¡Seguimos con la (r)Evolución! Vivir es compartir. Mil gracias. Te adoro.