No se si conoces a Alexander Calandra.

Alexander fue un científico y profesor. Además fue un rebelde con causa que luchaba a favor de la (r)Evolución. Muy fan.

Fue un defensor radical de los métodos de enseñanza y aprendizajes poco convencionales.

Alexander escribió un relato titulado Angels on a pin donde describió su mediación entre un alumno y su profesor ante una pregunta de un examen de física.

El profesor le quería poner un cero.

El alumno quería el diez.

¿La pregunta? Muestra cómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro.

La respuesta tradicional. Se emplean técnicas de medición de presión utilizando un barómetro en la parte superior y inferior del edificio, y se utiliza la diferencia para calcular la altura.

La respuesta del estudiante. Toma el barómetro y llévalo hasta la parte más alta del edificio. Luego, ata una cuerda a él y desciéndelo hasta la calle. A continuación, sube el barómetro nuevamente y mide la longitud de la cuerda. ¡Ya tienes la altura del edificio!

La respuesta del estudiante era correcta pero supuso una desviación de la norma. 

 

A mi me encanta. Es como poner el pensamiento fuera de órbita. Yo también le hubiera puesto un diez.

No estamos acostumbrados a este tipo de pensamiento. Y es que para ello hay que combatir la fijación funcional.

 

Me refiero a esta tendencia que tenemos en ver un objeto para una determinada función y no podemos ver más allá de su uso convencional. Obstaculizando la innovación, of course.

Amazon lo hizo cuando pasó de ser una tienda de zapatos on line a ser un atienda de todo. Y puso su nube al alcance de todos creando Amazon Web Services. Generando unos ingresos de 17.000 millones aquel año.

¿Un truco para combatir la fijación funcional?. Separar la función de la apariencia.

Y esto se entrena.

Si quieres que tu equipo saque a sus cerebros a pasear por territorios inexplorados. Llámame y te cuento de que va el curso de creatividad e innovación.

 

¡Disfruta de tu día!

Bibi